Este año pedí para Reyes un pijama feo, es decir, un pijama que fuera calentito y cómodo, que no me quedase corto ni en las mangas ni en las piernas y que me tapara bien la tripa y los riñones. Un pijama con esas características no tiene por más que ser feo. No puede cumplir con las particularidades que he expresado hace un momento y además ser bonito. No es compatible. Sin embargo los Reyes, que como todo el mundo sabe son Magos, se han apañado muy bien y han encontrado el pijama tal cual lo describí excepto por lo de ser feo.
No sé si fue el año pasado o el anterior, llegó a mi casa un pijama blanco con corazones azules y con dibujos de Snoopy. Era perfecto. Tenía el largo perfecto y calentaba lo justo para estar cómoda. Pero como todos sabemos todo lo bueno tiene un final, y poco a poco el pijama fue cambiando; las mangas empezaron a acortarse y las piernas hicieron un tanto de lo mismo. Cuando me quise dar cuenta parecía Gulliver en un pijama de liliputiense. El largo del pantalón me llegaba poco más a bajo de las rodillas y las mangas se quedaron en francesas. Estaba hecha un cromo, la verdad.
El otro día cuando abrí el regalo de los Reyes casi me pongo a llorar de la emoción. El pijama era calentito calentito y además largo. Justo lo que yo había pedido. Me moría por estrenarlo.
El día D fue la noche del domingo al lunes. Me metí en la cama y me dormí bastante rápido. Sin embargo a media noche (exactamente a las 4:51 de la madrugá) me desperté de golpe, sudando como un pollo y con un agobio importante. Algo no iba bien. Di vueltas para un lado y para otro y nada, no conseguía dormirme. Retiré una mantita con la que suelo dormir en invierno, pero seguía igual. Al final tuve que aceptar la evidencia. El pijama daba demasiado calor así que me quité el pantalón y traté de conciliar el sueño de nuevo. Tardé un rato, pero al final me quedé dormida de nuevo. La noche siguiente sin embargo ya aprendí de la noche anterior y no me eché la mantita y ¿sabéis qué? Que pasé calor igualmente pero no tanto y que después de todo pasé una noche agradable. Así que la solución es usar el pijama y no utilizar mantas extras.
Para estar en casa (yo estoy siempre en pijama) es una delicia porque yo, que soy muy friolera, me paseo por los pasillos con batas, albornoces y jerseys gordos de lana y con este pijama no siempre hace falta echarse algo por encima. Por ahora sólo lo he hecho en mi noche CSI, en la que siempre tengo que estar tapada con una mantita fina. Me encantan los lunes con CSI, pero esa es otra historia que contaré en otro momento.
En resumen, el pijama por ahora es lo que yo andaba buscando. Veremos en qué queda después del primer lavado… Todo sea que pase a formar parte del cajón de los pijamas de mi mami, que como es más pequeñita le quedan como un guante.
No sé si fue el año pasado o el anterior, llegó a mi casa un pijama blanco con corazones azules y con dibujos de Snoopy. Era perfecto. Tenía el largo perfecto y calentaba lo justo para estar cómoda. Pero como todos sabemos todo lo bueno tiene un final, y poco a poco el pijama fue cambiando; las mangas empezaron a acortarse y las piernas hicieron un tanto de lo mismo. Cuando me quise dar cuenta parecía Gulliver en un pijama de liliputiense. El largo del pantalón me llegaba poco más a bajo de las rodillas y las mangas se quedaron en francesas. Estaba hecha un cromo, la verdad.
El otro día cuando abrí el regalo de los Reyes casi me pongo a llorar de la emoción. El pijama era calentito calentito y además largo. Justo lo que yo había pedido. Me moría por estrenarlo.
El día D fue la noche del domingo al lunes. Me metí en la cama y me dormí bastante rápido. Sin embargo a media noche (exactamente a las 4:51 de la madrugá) me desperté de golpe, sudando como un pollo y con un agobio importante. Algo no iba bien. Di vueltas para un lado y para otro y nada, no conseguía dormirme. Retiré una mantita con la que suelo dormir en invierno, pero seguía igual. Al final tuve que aceptar la evidencia. El pijama daba demasiado calor así que me quité el pantalón y traté de conciliar el sueño de nuevo. Tardé un rato, pero al final me quedé dormida de nuevo. La noche siguiente sin embargo ya aprendí de la noche anterior y no me eché la mantita y ¿sabéis qué? Que pasé calor igualmente pero no tanto y que después de todo pasé una noche agradable. Así que la solución es usar el pijama y no utilizar mantas extras.
Para estar en casa (yo estoy siempre en pijama) es una delicia porque yo, que soy muy friolera, me paseo por los pasillos con batas, albornoces y jerseys gordos de lana y con este pijama no siempre hace falta echarse algo por encima. Por ahora sólo lo he hecho en mi noche CSI, en la que siempre tengo que estar tapada con una mantita fina. Me encantan los lunes con CSI, pero esa es otra historia que contaré en otro momento.
En resumen, el pijama por ahora es lo que yo andaba buscando. Veremos en qué queda después del primer lavado… Todo sea que pase a formar parte del cajón de los pijamas de mi mami, que como es más pequeñita le quedan como un guante.
Comentarios
Yo tengo un pijama de Futurama que me quedaba superbien además de que era supermolon y después de 3 lavados me pasó lo mismo que a tí con el de Snoopy, que parecía Gulliver!!! JAJAJA
Veo que no soy el unico...
Muy buena entrada me he reído un buen rato, ya contarás como evoluciona este nuevo pijama...
Por cierto te he encontrado por los premios 20blogs, espero que tengas suerte en ellos, yo me presento en la categoría de humor:
http://lablogoteca.20minutos.es/cargols-25668/0/
Mucha suerte también en los premios. Yo la verdad es que no le estoy prestando mucha atención porque veo imposible ganar. El próximo año no me apuntaré...
Muchas gracias por pasarte por aquí y por dejar tu comentario.
Un beso y bienvenido!!!
Ya os contaré qué tal acaba el pijama...
Lo que cuesta encontrar algo así, suerte en el lavado!
Besos
Besos!
Pero hace años yo tenia un pijama de verano cortito que todos los años mama me tenia que cortar un trozo de la entrepierna porque aquello crecia y crecia, fue todo un misterio, mama se parte cuando se lo recuerdo.
Besos,
Sandri
Gracias cielo no tenias porque pero se agradece
Un beso y me quedo ya definitivamente
El inicio es simplemente genial y el desarrollo no pierde altura en ningún momento. Sencillo, directo, perfecto. Me encanta!
yo tengo un pantalon de pijama que me ha quedado pequeño... la parte positiva es que tiene un dobladillo muy ancho en la cintura a modo de "adorono" asi que desdoblo el dobladillo y el bajo ya me queda a la altura de los pies. Eso sí, a costa de llevar el tiro por la rodilla y de ponerme un cinturon para que no se me caiga!! Vamos, que no lo uso mucho porque no es que sea muy cómodo pero me da pena tirarlo porque fue un regalo.
besos
Anita
Cerezal Jr, no hace falta que me hagas la pelota, ya te he dicho que voy a ir a la presentación, jajaja :-p
Anita, si quieres yo te regalo otro porque según describes debes parecer una raperilla de andar por casa, jajaja
Besos!!!
Nos vemos luego!!! Nervios fuera y mucha suerte!!