¡Lo se! ... falta la foto

Hace un año más o menos volvía una noche de trabajar. Normalmente tenía turno de mañana, pero el último mes me pusieron turno de tarde y me tocaba cerrar todos los días la tienda con dos o tres compañeros más, así que haciendo un cálculo rápido y teniendo en cuenta los horarios que tenía la tienda, eran más o menos las 12 de la noche cuando cogí la calle Santiago de Compostela camino de mi casa. Para aquellos que no saben donde vivo diré que según coges esa calle no tienes más que continuar recto cosa de 900 metros y llegas a la puerta del portal. Bueno, pues yo había cogido la recta que me llevaba a casa y me encontré completamente sola en la calle. Era finales de septiembre, empezaba a refrescar por las noches y una ligera bruma aparecía entre las copas de los árboles y las bombillas de las farolas. Lo único que veía cuando miraba al final de la calle eran un montón de árboles a ambos lados envueltos en las luces de las farolas que, con la bruma, parecían haberse difuminado. En ese momento quise tener un cámara digital para poder inmortalizar una imagen que nunca he vuelto a ver.

A partir de esa noche fueron muchos los momentos que deseé tener una cámara digital para poder llevarla siempre conmigo, y poder hacer tantas fotos como el pasar de los días me ofreciera.

Después de éso vino lo del blog.

Empecé a leer el blog de un amigo y me picó el gusanillo. Me empeñé en tener mi propio blog, y desde entonces imaginé que siempre tendría la foto más original para acompañar los textos, pero después de ocho post todavía no he encontrado esa foto super original que pueda quedar bien con el texto.

Este año en mi cumpleaños el regalo estrella, a parte de la heladera que no pude quedarme, fue una cámara de fotos digital que saca unas fotos estupendas y que ni me había imaginado que me regalarían - y lo digo sin ningún deje de ironía en el tono, ¿eh?-.
Desde ese día he procurado llevarla siempre conmigo, pero cada vez que veo algo digno de fotografiar resulta que me la he dejado en casa. Que veo el cartel de un anuncio que llama mi atención en la marquesina de un autobus, me dejo la cámara en casa. Que me encuentro en medio de una tormenta en el centro de Madrid con un montón de rayos cruzando la ciudad, no tengo la cámara. Que me encuentro en el autobus con un atardecer que deja todo lo que había en primer plano en sombra, me encuentro otra vez sin mi cámara cerca.

Así que así sigo, persiguiendo esa foto imposible que me hará cumplir el deseo de juntar un buen post y una buena foto. No se cuanto tardaré en conseguirla, pero se que tarde o temprano lo haré. Muy posiblemente no será una gran foto para el resto del mundo, pero si la cuelgo será porque sí que lo es para mí.

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