De lágrima fácil

Sí, sé que muchas veces puedes reaccionar de un modo que no habrías imaginado ante una situación concreta, pero por lo general todos nos hacemos una idea de cómo lo vamos a hacer.

Tardé varios años en ver Love Actually después de su estreno y me gustó bastante. Después he vuelto a verla varias veces y cada vez que lo he hecho me ha gustado un poquito más hasta el punto de que se ha convertido en una de mis películas preferidas. Me gustan las historias, los personajes, la banda sonora. Todo. Sin embargo, casi siempre al pensar en esa película, me viene a la mente la imagen de la última escena, cuando están a punto de salir los créditos. En esa escena salen imágenes de gente reencontrándose con otra gente en la Terminal del aeropuerto. Una madre con su niña, padres con sus hijos, mujeres con sus maridos, amigos, novios, etc. Pues bien yo sé cómo voy a reaccionar cuando veo esa imagen… siempre con lagrimillas en los ojos. Es algo que no puedo evitar, esa escena me encanta y me emociona como pocas cosas.

El día 24 de diciembre sin embargo, me di cuenta que no es un mérito exclusivo de la película sino de la situación en sí. Pusieron en el telediario del mediodía un reportaje de personas anónimas que esperaban a sus seres queridos en el aeropuerto, y si no acabé llorando a moco tendido fue porque me encontraba rodeada de toda la familia y me dio corte. Había una mamá con su bebé recién nacido que estaba esperando a su marido que todavía no conocía a su hija. Gente que debía de estar estudiando o trabajando fuera se abrazaba a su gente como si tuvieran miedo de soltarlos y que desaparecieran.

Quizá suene cursi, pero me gusta ver esas escenas en las que todo es bonito y rebosa felicidad. De vez en cuando apetece olvidarse de todo lo malo que ocurre en el día a día y abandonarse a una noticia del telediario.

Sí, sé que muchas veces puedes reaccionar de un modo que no habrías imaginado ante una situación concreta...

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