Tanzania - Día 6

31 de agosto de 2011 - Kilimanjaro día 4

El día de hoy será especialmente corto porque a media tarde tenemos que echarnos a dormir para subir a la cima durante la noche. Aunque, bien pensado, echarme a dormir a las 18h y quedarme dormida hasta la noche no lo veo muy probable así que mejor voy a comenzar otra vez.

El día de hoy será especialmente largo.


El día que fuimos a vacunarnos de la fiebre amarilla nos dijo la chica que uno de los efectos de subir a mucha altura es que puede generar mal humor. Yo hoy a 4.330 metros de altitud hago mi propia interpretación de eso y pienso que directamente afecta al estado anímico de las personas. Yo, por ejemplo, me noto especialmente sensible en estos momentos. Después de desayunar nos despedimos de Jo y Tony que se quedan en este campamento un día más para aclimatarse mejor. Harán varias excursiones al Mawenzi con Johnny. Repartimos besos y antes de partir escuchamos los últimos consejos de Johnny. “Vosotros cuatro vais a llegar todos a la cima seguro” nos dice “aseguraros de ir pole pole y de recordárselo a vuestros guías” Pues no sé qué leches me pasa, pero menos mal que ya nos hemos despedido porque escuchar a Johnny decir que vamos a llegar seguro me emociona y me entran unas ganas terribles de llorar ¡pero qué tonta! ¿no?

Salimos pole pole, al principio por medio de las rocas. No hay que escalar ni mucho menos pero sí tenemos que pasar por un camino de rocas durante un rato. Le digo a Deus que el día de hoy va a ser muy largo, me dice que no, y yo le digo que ya lo veremos. No hemos andado ni 500 metros y ya hemos parado no sé cuántas veces para hacer fotos. “Ya te lo he dicho” le digo a Deus “va a ser un día muy largo”. Se ríe, pero no quiere creerlo del todo.

Cuando Kibo aparece frente a nosotros volvemos a pararnos para hacer fotos (Deus ya se está dando cuenta de que hablaba en serio) La verdad es que impresiona. Lo veo igual de grande que los demás días ¡¡y eso tengo que subirlo en unas horas!!


Tenemos el campamento justo enfrente y lo vemos durante horas hasta que por fin llegamos. Parece que estemos caminando por un mundo completamente diferente. Todo paisaje lunar y piedras de lava y por debajo… Las nubes… Precioso…


Este último tramo se hace un poco pesado. El campamento se ve desde lejos desde hace un buen rato y si me hacen jurar diría que está ahora más lejos (o por lo menos no más cerca) A ratos tengo frío y a ratos calor así que voy abriendo y cerrando el polar. Sigo igual de sensible que esta mañana y cualquier comentario hace que se me llenen los ojos de lágrimas. De este modo me doy cuenta de que llorar a esta altitud no es buena idea. Igual que tampoco lo es discutir. No es que discuta con nadie hoy (o casi) pero una conversación a cierta velocidad cansa mucho. Repito, discutir y llorar, no es buena idea. Consejo: intentar evitarlo en altitud superior a 4.000 metros.

Por fin llegamos a nuestras tiendas y ¡sorpresa! no tenemos la tienda-baño. Bueno, hay unas letrinas estupendas que nos hacen el mismo servicio así que no hay problema. Lo único malo es que hay que bajar un pequeño tramo para llegar a ellas. Bueno, lo malo no es que esté abajo, lo malo es que cuando vas luego tienes que volver a subir y eso cansa mucho. Cansa hasta el punto de tener que parar a coger aire si te envalentonas demasiado y no vas pole pole.

Comemos verduras en salsa, pero menos cantidad que otros días. La comida ha ido disminuyendo igual que nuestro apetito. Aún así hacemos esfuerzos por llenar el estómago. Esta noche nos van a hacer falta todas nuestras fuerzas.

Nos metemos en la tienda a descansar. Me quedo dormida un rato (como hay sol tenemos una especie de microclima dentro de la tienda y hace bastante calor al principio. Vamos, que se está de lujo) Dos horas más tarde nos vuelven a llamar para que salgamos a cenar. Si antes no teníamos hambre no os quiero contar ahora…


Volvemos a acostarnos sobre las 18:30 hasta las 23:30 que nos despiertan para desayunar y comenzar a andar. En ese rato, obviamente, tengo que salir una vez de la tienda para hacer pis pero no bajo hasta las letrinas. Me quedo al lado de la tienda otra vez. No me apetece cansarme por tonterías así que en unos segundos vuelvo a estar dentro del saco. En estas horas no he dormido demasiado pero lo que he dormido he descansado bastante.

Comentarios

Silvia ha dicho que…
¡Vaya aventura, Fani! Me he leído todas las entradas del viaje y me ha encantado "vivir" contigo las visicitudes del viaje... ¡Tiene que haber sido una gran experiencia! Curioso eso de estar más sensible a esas alturas. Creo que en viajes así, uno está siempre más sensible, más receptivo a las cosas. Por cierto, los niños realmente son preciosos y esas noches estrelladas seguro que no tenían precio.

Seguiré atenta las próximas entradas... Quiero saber más y viajar contigo a través del portátil.
Besos,
Silvia
Silvia ha dicho que…
Por cierto, si echas en falta Escocia, en mi facebook hay fotos colgadas del viaje... Por si te entra morriña de sus verdes tierras y sus rutilantes acantilados.
Besos guapa,
Silvia
Narayani ha dicho que…
Me alegro de que te esté gustando el viaje virtual :-)

Sofía me dijo que a ella también le pasó lo de estar más sensible. No sé supongo que a cada persona le afecta de una manera u otra lo de estar a tanta altura...

Me voy volando para tu facebook :-)

Besos!!
Anónimo ha dicho que…
Esta super entretenido el blog, a ver si te da tiempo antes de irte a Turquia a escribir todo el viaje.

Besos, Sandri
la emperatriz de lavapiés ha dicho que…
¡estás hecha una edurne pasabán!
pero claro, no huno aludes ni vientos de 90km/h... ¡así cualquiera! jejeje (una broma que no tiene gracia si no has leído mi blog)
Narayani ha dicho que…
Duende, no sé si me dará tiempo o no, pero lo voy a intentar :-) Luego te veo.

Emperatriz, ¡¡y encima me llevaban la mochila grande!! Es cierto, ¡así cualquiera! (ya he leído tu blog, jeje) Pero ojo! que viento sí que tuvimos una de las noches (no sé si de 90km/h o algo menos, pero daba miedo oirlo desde la tienda...)

Besos a las dos!!!