Tanzania - Día 7

1 de septiembre de 2011 - Kilimanjaro día 5

Nos despiertan a las 23:30 para salir sobre las 00:00. Nos han dicho que no dejemos nada de valor en la tienda así que cojo lo poco que tengo y me lo llevo conmigo. No he traído dinero ni tarjetas de crédito pero sí un MP4 y la cámara de fotos.

Desayunamos y dejamos el petate más o menos recogido para cuando bajemos más tarde.

Antes de salir ya vemos varias filas de luces un poco por encima nuestro.

Estamos listos para subir el último tramo.

Comenzamos a andar. James va delante y Deus detrás. Han invertido el orden para la subida. Recordemos que Deus es el guía "oficial" y James el asistente. Sin embargo nosotros vemos lógico que hagan este cambio porque Deus parece más inexperto que James. Uno de ellos dice que vamos a ir pole pole y yo le digo que "no" que "pole pole no" le digo que "pole pole pole" Parece que les hace gracia pero poco después me doy cuenta de que no me han hecho mucho caso.

La noche es completamente oscura. No hay luna y las estrellas, a pesar de ser muchisimas, no alumbran el camino. Todos llevamos un frontal para poder ver el suelo, pero no se ve mucho más allá de la persona que llevas delante. Lo único que se ve si miras hacia adelante son las luces de otros excursionistas. Mirado desde nuestra perspectiva bien podrían ser estrellas errantes. Si fuera de día tendríamos que echar la cabeza hacia atrás para llegar a ver la parte más alta, pero al estar tan oscuro solo puedes hacerte una idea de lo que hay por delante por estas pequeñas luces.


No me gustan las subidas. Nunca me han gustado y nunca me gustarán. Santi no entiende que me guste más bajar que subir y yo no entiendo que a él le pase lo contrario. Huelga decir que hoy todo son subidas, La primera parte la hacemos sin problemas. Vamos pole pole, pero aún así adelantamos a varios grupos que han empezado antes que nosotros. Antes de empezar la segunda parte alcanzamos los 5.000 metros lo cual ya me parece un mérito. Ya hemos visto a gente dar la vuelta, pero no demasiada. La segunda parte es un poco más complicada porque el terreno es bastante inestable. Está compuesto por arena y piedras que se mueven con cada pisada. En la guía de Sarah pone que das un paso adelante y dos atrás, yo lo veo un poco exagerado pero es una buena manera de explicarlo. El pie se te hunde y es fácil resbalar. Ahora hay más desnivel que cuando hemos salido y cuesta más dar pasos sin cansarte.

A estas alturas ya he pedido parar varias veces para beber agua o simplemente para descansar. Más tarde me entero de que Sarah y Sofía también querían parar pero como sabían que yo lo iba a pedir no dijeron nada. Cada vez que paramos tengo que decidir qué es peor, si el cansancio y la falta de oxigeno o el frío en los dedos de los pies. Hay ratos que no los siento y tengo que obligarme a moverlos cada vez que doy un paso para que entren en calor. Sarah está igual que yo.

Mi bidón de agua hace rato que ha comenzado a tener cristalitos de hielo dentro y Deus al enterarse se lo mete dentro de su polar. Dice que es importante que no se me congele el agua para poder hidratarme así que cada vez que quiero agua tengo que pedírsela a él. Siempre parece encantado de ayudarme.

James ha empezado a darnos ánimos y a decirnos que ya casi no queda nada. Se suponía que íbamos a llegar al amanecer y el cielo sigue igual de negro que cuando hemos salido. Parece que no vamos a llegar nunca pero en un momento dado nos dice que ya hemos llegado. Podemos ver el cartel desde donde estamos. Quedan 10 pasos como mucho.

¡Por fin! ¡Hemos llegado a Gilman's Point! No es el punto más alto, pero casi. Aún nos queda un poco más pero nos han dicho que la parte que falta es mucho más fácil. Yo me lo creo.


Miramos al horizonte, justo a donde está el Mawenzi y vemos que el cielo comienza a clarear. Cogemos nuestras cosas y continuamos camino. Primero un poco hacia abajo y después otra vez hacia arriba. Cuando llegamos a Stela's Point paramos a descansar. Deus y James nos dan agua caliente. Yo bebo unos sorbos pero me revuelve el estómago así que no me la termino. Sarah no se encuentra bien y tiene mucho frío. Ella sí se toma el agua y parece que le ayuda a mejorar un poco. Sofía está subiendo bien, pero está sufriendo de lo lindo. Santi es el único que parece que está completamente bien. Nos queda muy poco para llegar así que volvemos a reanudar el camino. Sarah agarrada a Deus todo el tiempo (nunca olvidaré como Deus le seca un par de lágrimas que se le escapan a Sarah. Con qué mimo y ternura. Por algo Sofía le llama el bomboncito...) y James tirando de Sofía y de mí. Nos paramos por el camino para hacer varias fotos y para recobrar el aliento y al final llegamos de dos en dos. Sarah y Santi llegan con Deus; después llego yo y al momento Sofía y James.

Sinceramente... ¡SABÍA QUE LLEGARÍA! Lo tenía claro desde antes de salir de Madrid. Supongo que pensaba el típico: "¿Mal de altura? Eso seguro que no me pasa a mí". Pero sí. Confiaba en nuestro grupo. Sabía que llegaríamos todos. Estaba segura. Johnny estaba seguro. Y Johnny no podía estar equivocado... Y yo tampoco...

Las fotos que tengo de la cima no son las mejores pero al menos se ve que soy yo y que estoy en el punto más alto. Con eso me vale. Señoras y señores ¡ESTOY EN EL TECHO DE ÁFRICA!


Tenemos el glaciar tan a mano que no podemos evitar hincharnos a hacerle fotos. Realmente es un momento increíble. El cielo, el hielo, las nubes por debajo nuestro... Supongo que es algo así como irrepetible...


Comenzamos a bajar después de un rato haciendo fotos. En un momento de caos la cámara de Santi se ha ido al suelo y se ha roto por un lado. Parece que por lo menos sigue haciendo fotos. Sarah sigue encontrándose mal y Sofía me dice que tampoco se encuentra bien. Lleva todo el viaje con dolor de estómago y ahora no iba a ser menos. Yo me he estado mejor pero estoy más o menos bien.

La bajada se me hace bastante más pesada de lo que yo había esperado. Tengo bastantes ganas de hacer pis y llevo ¡tres pantalones! y ¡¡cinco partes de arriba!! así que hacer pies en esas circunstancias es como para pensárselo... o hacerlo sin pensar. Yo opto por lo segundo. Veo una piedra grande y me pongo a su lado (absurdo teniendo en cuenta que la gente se encuentra justo enfrente mío) les digo a Santi, Sofía y James que voy a hacer pis un momento, pero no me oyen. Sofía me pilla porque no me habían oído (menos mal que es ella) y da el aviso a los chicos para que no se vuelvan.

Llegamos a Gilman's Point de nuevo. Esta vez con luz. Deus y James nos dan un pequeño desayuno para recuperar fuerzas. El agua comienza a descongelarse y nos recomiendan quitarnos alguna capa de ropa porque vamos a notar calor en la bajada. Yo no les hago caso y bajo con todo puesto...


Continuamos otra vez y al rato volvemos a hacer otra parada para quitarnos ropa. El último tramo se me hace insoportable. Estoy cansada y quiero llegar a la tienda ya. Menos mal que Sofía me coge por banda para hablar un rato y me ameniza lo que nos queda con su charla. Tenemos una conversación muy agradable y cuando me quiero dar cuenta estamos en el campamento.

Nos echamos en la tienda durante una horilla más o menos y consigo dormirme un ratito. Después nos llaman a nuestra tienda-comedor para la hora de la comida pero no conseguimos comer gran cosa. Hemos perdido el apetito y no nos encontramos muy bien ninguno. Yo sólo de pensar en comer algo de una olla me pongo mala...

Tenemos que volver a caminar para llegar al próximo campamento. Nos lleva otras cuatro horas y llegamos que no somos personas...

Seguimos sin hambre pero nos comemos las palomitas que nos ponen de merienda. Esperamos la cena con poca ilusión mientras escribo en mi cuaderno de viaje todo esto que estoy poniendo ahora aquí.

Cenamos Santi, Sofía y yo. Sarah se ha quedado dormida y nos hemos querido despertarla. Deus y James han venido a ver como estamos (como cada noche) y a preguntar por Sarah. Nos dan las buenas noches y se marchan a dormir. Cenamos un poco de sopa y algo de pollo. El campamento de hoy es muy bonito, y es una pena no disfrutarlo un poco más, pero de verdad que estamos derrotados. Seguro que hoy dormimos bien.


Hoy por primera vez tenemos unos baños en los que poder asearnos pero están tan... tan... Bueno, sea lo que se lo están mucho y terminamos aseándonos en la calle porque nos negamos a poner un pie en ese sitio... Creedme, mucho mejor en el campo.

James nos enseñó el primer día a decir "buenas noches" en swahili y le hace mucha ilusión que nos acordemos. Todas las noches se lo repetimos y nos dedica una gran sonrisa por acordarnos. Son las 20:00 y nos vamos a dormir ya. Es pronto pero como es de noche se puede decir: "Lala salama".

Comentarios

Silvia ha dicho que…
¡Vaya tela! ¡¡Pero en cualquier caso felicidades por haber llegado tan alto!! Se me ocurren mil preguntas para hacerte: ¿te habías entrenado para subir o vas habitualmente a hacer trekking? ¿A qué temperatura estábais ahí arriba? (Es que me ha dejado impactada eso de tantas capas de ropa)¿Cómo aguantásteis tantas horas caminando? etc.
De verdad, chapeau!! Y enhorabuena de nuevo!
Silvia
Narayani ha dicho que…
Gracias Silvia!

Te contesto por orden:

No me había entrenado demasiado, pero algo sí había hecho. Teniendo en cuenta que nunca he hecho mucho deporte sí se puede decir que he hecho algo. Salía a correr de vez en cuando. También he subido alguna vez a la sierra (aunque la altura no es comparable)

La temperatura no lo sé porque no llevábamos termómetro, pero varios grados bajo cero seguro. Lo de los dedos de los pies llegó a preocuparme (y eso que llevaba calcetines térmicos y otros de montaña)

Lo de aguantar andando no es para tanto si lo piensas. Son varias horas de subida y yo andaba por inercia. Iba como los patitos siguiendo a mamá pata, jeje. Teníamos el aliciente de llegar a la cima. La bajada estábamos deseando hacerla para llegar a la tienda a descansar. Y la última parte hasta el campamento porque nos moríamos por sentarnos a descansar de manera definitiva...

Gracias de nuevo guapa! La verdad es que la experiencia mereció la pena.

Un beso